10.04.2008
Al candomblé también se le ha tachado de secta, se queja el padre Cido
de Òsun Eyin en su libro Candomblé - A panela do segredo.
Las ceremonias se celebraban de madrugada no porque se practicasen
ritos tenebrosos o macabros, sino porque el candomblé era una religión
clandestina, y los esclavos africanos tenían que reunirse a escondidas para
mantener vivos a sus dioses, a los que terminaron disfrazando de santos
católicos para que pasasen desapercibidos entre los dioses imperantes a plena
luz del día. La enorme popularidad de San Jorge en Río de Janeiro se debe a que
este santo se identifica con Ogum, que es el Zeus del candomblé.
Sospecho ahora que, muchas veces, lo que diferencia una religión de
una secta es exactamente lo mismo que media entre una lengua y un
dialecto: más o menos prestigio, más o menos poder.
(La foto es del Museo del Folclore de Río de Janeiro)
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